Ideas para Regalar en el Día de la Mujer.

  • ivanreverie
  • marzo 28 , 2024
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¡Qué tal chicas! Les escribo con Ideas que he pensado a regalarles este Día de la Mujer, para que las adopten, críen, transformen y/o rechacen, desde nuestra esquina de Salud y Bienestar. Sin más preámbulo, aquí les dejo 5 Ideas para Regalar, hoy en su día:

Via: Questions On Islam©

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1. Dios no es Hombre.
Sin importar tus prácticas espirituales y ya sea profeses tu fe hacia la existencia de tal o no, debes recordar que en las distintas religiones alrededor del mundo, mayoritariamente se asume a ‘Dios’ -bajo cualquiera de sus particulares nombres- como una entidad energética y espiritual, infinita y omnipresente, por cuyo carácter precisamente no-físico, le es imposible que tenga un género determinado, e inclusive una personalidad. El arte popular y sacro, principalmente el cristiano, lo representa como un hombre de barba gris y ceño fruncido que mira autoritariamente desde su asiento en el Reino de los Cielos, sin embargo debes recordarte que es sólo una representación de una unidad y un todo, el cual es imposible de aterrizar y condensar para la mente humana. En las prácticas espirituales de diversas culturas alrededor del mundo y desde tiempos prehistóricos era la fertilidad y la Madre Naturaleza quienes ocupaban el lugar del receloso, egocéntrico y autoritario ‘Hombre’ que hoy conocemos bajo el título de ‘Dios Padre’, y al cual es saludable que lo invitemos a bajar de su asiento; es una idea revolucionaria que puede activar ese sentimiento de liberación de tantas imágenes que se han utilizado para ensalzar hasta niveles divinos al género masculino. Sí, es casi imposible quitarse del pensamiento una imagen incrustada a nuestra educación misma, tal como es improbable quitarse la imagen del actor sobre un personaje después de ver una película, pero si eres una fémina que goza de una vida espiritual y en el caso de que no te identifiques como atea, más valiese que proyectes a Dios como la espiritualidad le profesa en su núcleo: una entidad de amor infinito, y ¿adivina qué? El amor sin condiciones es un ‘atributo’ el cual se ha ligado desde los inicios de la humanidad hacia el ámbito femenino: hacia la Gran Madre, mucho mejor orar en Dios como un vientre que nos abraza con su energía universal más allá de un viejo cascarrabias exigiéndonos ser perfectos ¿No lo crees?

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2. No fuiste hecha para casarte.
Como mujer latinoamericana seguramente se te ha educado para el matrimonio como máximo fin y clímax de tu paso en este mundo. Así que dinos, ¿Es algo práctico? Atar tu vida, decisiones y aspiraciones al ideal de ese príncipe azul enunciado por Disney e infinidad de cuentos de hadas, escritos en su mayoría por hombres, cuando la realidad es que en promedio 16 de cada 100 matrimonios termina en separación*, y muchísimos más viven hundidos en una violencia emocional, económica, sexual e inclusive física resignando a la mujer a la impotencia de sentirse enjaulada en su compromiso matrimonial y temerosa de romperlo. La mayoría de personas que han sido consideradas dotadas de una gran sabiduría aseguran que la finalidad de la vida misma es la felicidad y plenitud de quien la vive, hasta su último aliento, ¿Es el matrimonio la razón de que las personas sean felices y plenas? No, los casos son contados; y debes aprender a buscar nuevas alternativas y modelos para tu felicidad presente y futura, por supuesto, el amor cosechará gran sabiduría, experiencia y plenitud de ser alimentado concienzudamente por tu parte, pero déjame contarte un secreto: en la mayoría de las ocasiones tal amor ha sido provisto por tu madre, padre, amistades cercanas y/o hijos, e inclusive desconocidos, y no precisamente un esposo, y en el caso de que tu fuente de amor propio y aceptación sean reforzadas por uno, regocíjate, ser feliz casada o en una relación es razón para enorgullecerse, es una excepción a la regla y no te demerita como mujer, ya que las relaciones y matrimonios felices comparten proyectos, dudas, méritos y responsabilidades. ¿Te imaginas a ti misma soltera y realizada? ¿Exitosa, plena? ¿Con una vida sexual activa, libre y responsable? ¿O en un enamoramiento jubiloso que te impulsa profesional y personalmente, sin necesidad de matrimonio? ¡Comienza a fantasear! La vida te podría sorprender y el momento más feliz de tu vida quizá no sea de blanco y en el altar, sino desnuda en una playa virgen de un país remoto. ¡No cortes tus alas! Puedes contraerlo, pero no fuiste hecha para el matrimonio.

Via: Kensinton Magazine©

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3. Hay mujeres con y sin pene.
Una persona que se identifica como mujer, es mujer; así de simple y de complejo. Hay una diferencia entre ‘mujer’ y ‘hembra’. Aún con un pene colgando entre las piernas, el individuo puede sentirse plenamente como parte del género femenino. Imagínate que mañana despertaras y te vieses en el espejo: ¡Siendo biológicamente hombre! No es tan cómico como las películas de Hollywood, a muchas personas incluso las ha encaminado a la enfermedad mental y al suicidio. Así que sé amable con aquellos nacidos varones quienes se identifican como mujeres, a pesar de estar o no intervenidos quirúrgicamente o de manera hormonal, ¿Acaso no es un acto de valentía defender el propio ser y desafiar la comodidad de haber nacido hombre en una sociedad machista para reafirmarse como mujer? Y no cualquier tipo de mujer, sino una que probablemente será violentada innumerables ocasiones e inclusive víctima de crímenes de odio que terminen con su vida.
Las mujeres nacidas biológicamente como hombres ya tienen suficiente con el odio que les profesan diversos varones heterosexuales, bisexuales y homosexuales como para cargar encima con el de sus congéneres. No te burles, ni les des un trato especial, considéralas aliadas en tu lucha contra la represión social, y por supuesto, considéralas mujeres. Hay mujeres con y sin pene.

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4. Las lesbianas son mujeres a las que les gustan las mujeres.
¿Es tan difícil de digerir? Hay mujeres lesbianas quienes deciden portar una imagen que generalmente les concibe la apariencia de un hombre ante el colectivo social. Chicas a quienes incluso es difícil de reconocer como mujeres si no es por determinados razgos faciales o en ocasiones sus pechos, pero mientras se identifiquen a si mismas como mujeres, son mujeres, así como hay chicas que se identifican como hombres, las cuales también deben respetarse como tales. Pero no todo en el mundo lésbico se reduce a ese pequeño preconcebido. Las lesbianas y los hombres homosexuales suelen tener, y puedes investigar al respecto, estilos de vida y experiencias culturales diametralmente opuestas, y aunque son hermanos en la lucha por los derechos de las minorías sexuales, no hace falta una investigación social profunda para darse cuenta que en América Latina las lesbianas poseen un caleidoscopio único de vida: Están muchas veces solas por parte de sus aliados gay, y además deben de cargar con tu hipocresía: Toda chica se regodea de su amigo gay, a la moda, a quien confiesa sus travesuras sexuales y/o amorosas y con quien ríe a carcajadas, mientras que a esa misma chica una mujer lesbiana le da asco y la considera pervertida por acercársele. Es un cliché, y es cliché gracias a su gran incidencia en la sociedad. ¡Atrévete a cambiar, aunque cueste! Las lesbianas merecen tu respeto tanto como parte de la comunidad homosexual, como parte del género femenino y lógicamente tienen tu valor mismo. Rechazar una amistad lésbica siendo heterosexual es el equivalente a rechazar tener amigos hombres «¡porque luego les gustas!«, un pensamiento bastante narcisista y retrógrada. Domestica tu ego y abraza a tus hermanas en la lucha por los derechos de la mujer, sin ningún trato especial ni recelo, trátalas como lo que son, por absurdo que parezca que lo mencione: mujeres, mujeres que trabajan, estudian, tienen ideales, e incluso esposas e hijos. Es una pena que se te tenga que hacer énfasis en que las lesbianas son mujeres a las que les gustan las mujeres y punto, sin dejar por fuera un mismo respeto a aquellas bisexuales, asexuales, pansexuales y todos los espectros de la sexualidad humana en el género femenino.

Via: VapressPass©

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5. Mismo trabajo, mismo sueldo.
Sin aproximarnos rigurosamente, se estima que en los 90’s tenías cerca del 42% más de ingresos en un mismo puesto y empleo, en los Estados Unidos de América, por el simple hecho de tener pene, ahora imagina la situación latina, con peor panorama de equidad. La necesidad de un ingreso diario para sustentar los gastos familiares, escolares y/o de los hijos es una razón en el modelo común de que la mujer se sienta sumisa al hombre y dependiente de él, que sienta que no puede dar un paso hacia afuera, o inclusive al divorcio o la separación en una relación destructiva por el temor de no proveer lo suficiente económicamente a si misma o a quienes dependen de ella, irónicamente muy próximamente la mitad del mercado laboral serán mujeres, puedes contribuir ahora mismo recordando que toda mujer puede -y de hecho lo hace- desempeñar cualquier trabajo que el hombre desempeñe excepto donador de esperma -a menos que sea transgénero ¡no lo olvides!-, inclusive aquellos de gran exigencia física, por supuesto que por la estructura biológica a una mujer le costará más trabajo adquirir una condición física óptima para labores pesadas, pero ¡claro que puede! Sólo hace falta ver las competencias de halterofilia -levantamiento de pesas- para corroborar que si una mujer puede con semejante carga de kilogramos, puede ser desde albañil hasta instructora de gimnasio. Y por tal capacidad, todo salario debe ser equitativo. Últimamente las corporaciones esconden bajo cláusula que los sueldos permanezcan en secreto, muchas veces para abusar de la mujer, pagándole menos que a un empleado varón. Si conoces algún caso, denúncialo a derechos humanos y utiliza todos los artilugios posibles para exponer las prácticas poco éticas de la empresa, al igual que el acoso sexual, que provean puestos de acuerdo a la apariencia física en lugar de aptitudes y actitudes para el trabajo, y todo tipo de decisiones que expresan una falta de equidad y de ética. Las autoridades latinas suelen ser ciegas a estos casos, internet no tanto, a última instancia a ninguna empresa le gusta ser puesta en el ojo público por motivos negativos y para ello tienes la web, con un uso responsable de ella puedes lograr un verdadero cambio ya sea con tu identidad o en el anonimato, y tener muchísimos aliados desconocidos alrededor de las redes sociales y sitios de lucha pública. Recuerda: Mismo trabajo, mismo sueldo.

Celebremos el día de la Mujer como debe ser: con conocimiento y lucha, y no como una celebración ‘recordatorio’ en favor de un sector rezagado de la sociedad, como tantos ‘Días De’: la mujer no es minoría, no dejemos caer el 8 de marzo en el absurdo y volvámoslo un día punzante que en lugar de acariciar el ego de las ‘festejadas’, inunde en ellas un profundo sentido de amor propio y búsqueda de equidad. Habemos hombres quienes les respaldamos en la lucha, aprendiendo de poco junto a ustedes y deconstruyendo los estereotipos desde trincheras y lugares tan irónicos como este: un sitio de belleza y moda. No es una batalla que se gane a un día ni exige un cambio casi cuántico en el pensamiento, más con perseverancia y a través de los espacios de la comunicación esforcémonos en liberar al género femenino y masculino de tabúes respecto a la mujer, con previa disculpa ante mi hipocresía en el lugar de difusión, dejo a su disposición y reflexión estos primeros cinco puntos en pos de sumarme a la mujer en pos de la equidad, una equidad que el hombre dice haber brindado ya, nada más lejos de la realidad. Hemos apenas dado un paso en un largo camino. Espero disfruten de estas cinco ideas y si les son coherentes las pongan en práctica. No hay mejor forma de comprender que volviendo simple lo complejo, y con todas las omisiones, poco rigor científico y complejidades de los temas tratados, me tomo la libertad de recordarles, chicas y mujeres, se digan estos 5 estandartes:


1. *Si creo en su existencia*: Dios no es hombre.
2. No fui hecha para casarme. Aunque puedo elegirlo.
3. Hay mujeres con pene y sin pene.
4. Las lesbianas son mujeres a las que les gustan las mujeres.
5. Mismo trabajo, mismo sueldo.


Espero escribirles un nuevo ramillete de ideas proximamente, y no olviden dejarme sus críticas y comentarios, soy Ivan Reverie, a través de mi blog: Cultura Pop, en Fashion One.