Un Destino para Dior: Maria Grazia Chiuri de Valentino toma el mando creativo.

 

Un Destino para Dior: Maria Grazia Chiuri de Valentino toma el mando creativo

Dior

Dior: será diferente, con la silueta, la excelencia y el savoir-fare de siempre pero reinventados a la medida de la figura más crucial de esta nueva etapa artística y corporativa…

Por Ivan Martinez
Adaptación editorial de Carissa Marie Chiu

Ser la primer mujer en tomar el mando creativo en la historia de Dior -que data de hace más de 70 años- no es la única novedad en la maison de alta moda parisina. Maria Grazia Chiuri, diseñadora italiana, recibe junto al cargo la responsabilidad de prolongar el legado de alto impacto de diseñadores vueltos íconos de la moda, entre los que se encuentran Saint Laurent, Ferré y Galliano, así como de relevar la exquisita feminidad de espíritu minimalista que inyectó Raf Simons a la marca tras un cortejo de colecciones romántico y florido, estructurado bajo un riguroso estándar de excelencia. El diseñador belga hoy se decanta por encabezar el diseño de Calvin Klein, tras renunciar ante las exigencias a las que Maria Grazia decide dar frente. Otro elemento a tomar en cuenta es que para la firma de la lujosa fragancia ‘J’Adore’ las proyecciones no lucen tan brillantes como parece indicar el promocional del perfume liderado por Charlize Theron, quien asegura en una voz sedosa y confidente que ‘el futuro es oro’; el mercado internacional de lujo enfrenta una desaceleración en sus ventas netas, factor responsable del tibio rendimiento de Dior según Bernard Arnault, presidente del conglomerado LVMH, aunque resulta difícil confiar en su palabra tras yuxtaponer las cifras reportadas a casos de consistencia en estratos de indumentaria de alto costo, como el de Burberry o el de Louis Vuitton -también de la familia LVMH-, ambos haciendo sombra a la casa nacida en la Avenue Montaigne, muy a pesar de que el valor de ésta ascenderá a 5.63 billones de euros en promedio en este 2016 según diversas fuentes, y el cual podría dispararse o rebalsarse dependiendo de la nueva identidad comercial de la marca y del cómo Chiuri habrá de posicionar la estética de ésta última en el pináculo del lujo de la era millenial, un logro probable considerando el éxito previo de la diseñadora en Valentino, que para su gloria personal vino también acompañado del reconocimiento de la crítica a su trabajo en conjunto con Pierpaolo Piccioli, su compañero de diseño en la marca a la que formalmente abandona. Por tal razón, el futuro de Dior tampoco es solo de Dior, para LVMH, su compañía matriz y el grupo de bienes de lujo más grande del mundo, significa recolocar el pilar humano sobre el que emplazó a la ya mencionada Valentino, en pos de un posible (más no seguro) bien mayor; un escenario complejo para LVMH cuando se considera la inclusión en la alta costura y el prêt-à-porter de las competitivas reinvenciones electrizantes de marcas a cargo de jóvenes genios del diseño, tales como Balmain rozando los 500 millones de euros, o cuando se analiza el futuro de la propia Valentino, la cual rebasó el billón de euros por sí sola tras los esfuerzos de reivindicar su silueta con nuevos guiños contemporáneos. Expuesto el dilema ha de hacerse manifiesto que no todo es urgencia e incertidumbre en casa de Christian, aún tras la dolorosa caída del 1% en rendimiento comercial en su primer reporte trimestral con respecto al año pasado, las miras están puestas con firmeza en el devenir, Maria Grazia afina su primer colección a estar lista a fines de septiembre, la cual está siendo realizada, según fuentes internas de la empresa, bajo una perspectiva nueva, moderna en toda extensión del término, lista para hacerse del gusto de las nuevas audiencias de la moda de lujo -conformadas por los chinos en primer término-, audiencias que representan la rebanada más amplia en los gráficos de crecimiento de cada reporte de ganancias. Maria Grazia trabaja  seguramente interesada en la faceta gerencial, de modo que pueda alcanzar en un mañana el nivel de sinergia corporativa de duplas como la de Bailey y Burberry, efervesciendo a su vez un romance conceptual tan sólido como el del diseño de Simons y la tradición de Dior, a la que el belga jamás faltó en concordia, coherencia y respeto, pero que en manos de Chiuri ha de presentar los primeros atisbos -‘ahora sí’- de un Dior al que nadie espera, para bien y para mal, y que en boca de Sidney Toledano, su director ejecutivo, será diferente, con la silueta, la excelencia y el savoir-fare de siempre pero todos reinventados a la medida de la figura más crucial de esta nueva etapa artística y corporativa que podría desenbocar en una primera reina en el trono de Monsieur Dior, una mujer consagrada por segunda vez en las arcas del diseño de modas alcanzando los peldaños de dúos tan tremendos como la nueva Prada de Michele, el Balmain de Rousteing o el Louis Vuitton de Ghèsquiere, logrando zurcir y repuntar, con aguja e hilo de autor, un nuevo destino para Dior. 

Publicación original: ⒸFashion One Año 2016 Número 8, de distribución internacional. Editorial In-house, Impresa en Hong Kong, Agosto 2016.

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