Científicos expusieron que han acumulado la primer evidencia para apoyar la teoría de que las personas caen en una de dos categorías amplias en cuanto a conducta sexual: promiscuidad o fidelidad.

El por qué los humanos parecen ser una excepción entre los mamíferos en materia de relaciones sexuales ha sido desde hace mucho un enigma.Otras especies de mamíferos son empíricamente polígamos o monógamos como un conjunto. Pero como todos sabemos anecdóticamente, el homo sapiens no cabe en ninguna categoría. Todos conocen parejas que son sexualmente fieles, sin embargo también a hombres que prefieren ser sin vergüenzas antes que comprometerse. Lo que ha hecho falta son las estadísticas que muestran éstas diferencias, la cual es un paso clave para explicarlas. Ahora un equipo de la Universidad de Oxford asegura haber encontrado tal clave.

“Observamos lo que parece ser un grupo de varones y un grupo de mujeres que están mas inclinados a ‘quedarse’, con un grupo separado de hembras y varones que prefieren ‘despegarse’ cuando se refiere a relaciones sexuales”, explicó Rafael Wiodarski, un psicólogo experimental y coautor del estudio.

Woddarski y un equipo observaron a dos indicadores potenciales de conducta sexual.

Una fuente fue un cuestionario en línea de hábitos sexuales completado por 585 encuestados norteamericanos y británicos entre las edades de 18 y 53 años con un promedio cercano a los 25.

-El largo de un dedo-

Otro dato fue obtenido de 1,314 británicos, hombres y mujeres, una investigación basado en algo denominado como el radio 2D:4D. La idea que conduce tal radio es que el largo del dedo anular indica el nivel de testosterona al cual se expuso el individuo durante su desarrollo en la matriz. Entre más largo tu dedo anular comparado con el índice, más posibilidad de altas concentraciones de testosterona fetal.

Este dato ha sido en su caso vinculado a un nivel estadístico mayor de preferencia por la promiscuidad. Comparando los resultados del cuestionario al estudio 2D:4D se proporcionó a los investigadores la información buscada, escribió el equipo en el diario británico Biology Letters.

Puestas juntas, las bases de datos concretaron que el 57% de los varones tendían más a la promiscuidad contra el 43% que permanecía fiel. Este balance se invierte entre las mujeres, con un 47% promiscuo contra un 53% con tendencia a ‘quedarse’.Tomado por sí solo el estudio 2D:4D basado meramente en características fisiológicas compareció que los números que apuntan a la preferencia por la promiscuidad en varones y hembras quedasen en 52 y 50 por ciento respectivamente. El número más alto de candidatos que prefieren la ‘permanencia’ sexual en este cuestionario podría ser explicada por la influencia de la experiencia de vida y la cultura, por tal se recomienda precaución al interpretar los datos, sugirieron los investigadores.

“El comportamiento humano es influenciado por muchos factores, como el ambiente y la experiencia de vida”, apuntó Robin Dunbar, un profesor en la unidad de Oxford encargada de la investigación.

“Lo que sucede en la matriz puede tener sólo un efecto muy menor en algo tan complejo como las relaciones sexuales”

¿Cómo pueden entonces explicarse diferentes conductas sexuales? Vistas a través del lente de la lógica darwiniana, el sexo con múltiples parejas dispara la posibilidad de descendientes, de pasar los genes propios. Una relación sexual a largo término requiere mayor inversión personal, más incrementa la posibilidad de que la descendencia resultante de tal sexo sobreviva.

“Este estudio sugiere que hay dos tipos distintos de individuos dentro de cada sexo, persiguiendo diferentes estrategias de apareamientos” mencionaron los autores.

Texto: ©ivanreverie.com